diciembre 9, 2021

Cáncer de colon

Cáncer de colon

El cáncer de colon es un tipo de cáncer que comienza en el intestino grueso (colon). El colon es la parte final del tubo digestivo.

Síntomas

El cáncer colorrectal crece lentamente y no causa síntomas durante mucho tiempo. Estos dependen del tipo de tumor, así como de su localización y extensión.

Los únicos síntomas del enfermo pueden ser cansancio y debilidad resultantes de una hemorragia oculta (hemorragia no visible a simple vista).

Un tumor en el colon izquierdo (descendente) puede causar obstrucción en una fase más temprana, ya que el colon izquierdo tiene un diámetro menor y la deposición es semisólida. La persona puede acudir al médico por sufrir retortijones o intensos dolores abdominales y estreñimiento.

Un tumor en el colon derecho (ascendente) no causa una obstrucción hasta una etapa avanzada del cáncer, ya que el colon ascendente tiene un gran diámetro y el contenido que fluye por él es líquido. Por lo tanto, en el momento en que el tumor es descubierto, puede ser mayor que un tumor en el lado izquierdo.

La mayoría de tumores malignos de colon sangran, por lo general, lentamente. Las heces pueden estar manchadas o mezcladas con sangre, pero a menudo, la sangre no se ve. El síntoma más frecuente de cáncer rectal es la hemorragia durante la deposición. Cuando hay una hemorragia a través del recto, incluso si se sabe que la persona tiene hemorroides o una enfermedad diverticular, el médico debe considerar el cáncer como un posible diagnóstico. Las evacuaciones dolorosas y la sensación de vaciamiento incompleto del recto después de evacuar, son otros síntomas del cáncer rectal. Puede ser doloroso sentarse, pero por lo demás la persona no suele sentir dolor por el cáncer en sí mismo a menos que se extienda a tejidos vecinos al recto.

¿Cuáles son las causas?

Las causas del cáncer de colon son múltiples, lo que hace que se considere una enfermedad multifactorial en la que intervienen dos tipos de factores:

Factores ambientales:

Consumo de alcohol y tabaco.

Una dieta rica en grasas y carnes rojas y pobre en frutas, verduras y fibra.

La obesidad y alta ingesta calórica: son antecedentes frecuentes en personas que sufren esta enfermedad.

Factores genéticos: el cáncer colorrectal aparece de forma familiar en uno de cada tres pacientes y solo está clara la asociación genética en una minoría de los casos. Estos familiares pueden haber presentado a su vez cáncer de colon o de otros órganos, como mama o páncreas, o tener enfermedades que predisponen a la aparición de pólipos en este órgano.

Pólipos en el colon o en el recto

La mayoría de los cánceres colorrectales comienza como un crecimiento en el revestimiento interno del colon o del recto. Estos crecimientos son referidos como pólipos.

Algunos tipos de pólipos pueden convertirse en cáncer con el paso del tiempo (por lo general muchos años), pero no todos los pólipos se convierten en cáncer. La probabilidad de que un pólipo se vuelva canceroso depende del tipo de pólipo. Los dos tipos principales de pólipos son:

Pólipos adenomatosos (adenomas): estos pólipos algunas veces se transforman en cáncer. Debido a esto, los adenomas se denominan afecciones precancerosas.

Pólipos inflamatorios y pólipos hiperplásicos: estos pólipos son más frecuentes, pero en general no son precancerosos.

Entre otros factores que pueden hacer que un pólipo sea propenso a contener cáncer o que aumenten el riesgo de que una persona llegue a tener cáncer colorrectal se incluye:

Si se descubre un pólipo mayor a un centímetro

Si se descubre que hay más de dos pólipos

Si después de la extirpación de un pólipo se descubre la presencia de displasia, la cual es otra afección precancerosa. Esto implica la existencia de una área del pólipo o del revestimiento del colon o del recto en el que las células tienen un aspecto anormal, pero sin llegar a tener la apariencia de células cancerosas verdaderas.

Pruebas y exámenes

A través de los exámenes de detección, el cáncer de colon se puede detectar antes de que los síntomas se presenten. Este es el momento cuando es más curable.

Su médico realizará un examen físico y hará presión sobre la zona abdominal. Pocas veces el examen físico muestra algún problema, aunque el médico puede sentir una protuberancia (masa) abdominal. Un examen rectal puede revelar la presencia de una masa en personas con cáncer rectal, pero no cáncer de colon.

Un examen de sangre oculta en heces (FOBT, por sus siglas en inglés) puede detectar pequeñas cantidades de sangre en las heces. Esto podría sugerir cáncer de colon. Se hará una sigmoidoscopia o más probablemente una colonoscopia para evaluar la causa de la sangre en las heces.

Solo una colonoscopia completa puede ver todo el colon. Este es el mejor examen de detección para el cáncer de colon.

Se pueden realizar exámenes de sangre para las personas que han recibido un diagnóstico de cáncer colorrectal, que incluyen:

Conteo sanguíneo completo (CSC) para ver si hay anemia

Pruebas de la función hepática

Si le diagnostican cáncer colorrectal, le harán más exámenes para ver si este se ha diseminado. Esto se denomina estadificación. Las tomografías computarizadas o las resonancias magnéticas del abdomen, la zona pélvica, o el tórax se pueden usar para determinar la etapa o estadio del cáncer. Algunas veces, también se utilizan las TEP.

¿Cuál es el tratamiento del cáncer de colon y recto?

El tratamiento inicial es la cirugía. Puede ser necesario además quimioterapia y/o radioterapia, dependiendo de la extensión de las lesiones y sus características. Habitualmente el tratamiento es multidisciplinario y en él participan gastroenterólogos, cirujanos coloproctólogos, oncólogos, radiólogos, enfermeras, etc.

Dado que los síntomas suelen presentarse tardíamente, las posibilidades de éxito del tratamiento aumentan significativamente si se realiza un diagnóstico precoz, por lo que el control preventivo periódico es fundamental. Lesiones pequeñas precoces, pueden ser resueltas con resección endoscópica sin necesidad de cirugía convencional. La detección precoz reduce la mortalidad por esta patología hasta en un 90%. Esta es, sin duda, la prevención más eficaz.

 

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