septiembre 24, 2021

Derrame cerebral

Derrame cerebral

El derrame cerebral es la acumulación de sangre en el cerebro o entre el cerebro y el cráneo. Constituye el 20% de los accidentes cerebrovasculares, de los ictus. El 80% es de causa isquémica. La hemorragia cerebral, aun hoy, produce una mortalidad importante en los pacientes y una discapacidad severa en los supervivientes.

Síntomas

Si tú o alguien con quien estás puede estar sufriendo un accidente cerebrovascular, presta especial atención al momento en que comenzaron los síntomas. Algunas opciones de tratamiento son más eficaces cuando se administran poco después de que comienza el accidente cerebrovascular.

Los signos y síntomas del accidente cerebrovascular incluyen:

Dificultad para hablar y entender lo que otros están diciendo. Se puede experimentar confusión, dificultar para articular las palabras o para entender lo que se dice.

Parálisis o entumecimiento de la cara, el brazo o la pierna. Puedes desarrollar entumecimiento súbito, debilidad o parálisis en la cara, el brazo o la pierna. Esto a menudo afecta solo un lado del cuerpo. Trata de levantar ambos brazos sobre la cabeza al mismo tiempo. Si un brazo comienza a caer, es posible que estés sufriendo un accidente cerebrovascular. Además, un lado de su boca puede caerse cuando trates de sonreír.

Problemas para ver en uno o ambos ojos. Repentinamente, puedes tener visión borrosa o ennegrecida en uno o ambos ojos, o puedes ver doble.

Dolor de cabeza. Un dolor de cabeza súbito y grave, que puede estar acompañado de vómitos, mareos o alteración del conocimiento, puede indicar que estás teniendo un accidente cerebrovascular.

Problemas para caminar. Puedes tropezar o perder el equilibrio. También puedes tener mareos repentinos o pérdida de coordinación.

Existen dos tipos principales de derrame cerebral:

Isquémica : Un derrame cerebral isquémico ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea un vaso sanguíneo vital para el cerebro. Las causas más comunes de un derrame cerebral isquémico es la acumulación gradual de colesterol en los vasos sanguíneos de la cabeza y del cuello (trombosis) y coágulos de sangre en el corazón (embolia).

Hemorrágica: El derrame cerebral hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe. Cuando la arteria sangra dentro del cerebro, aumenta la presión dentro del cráneo, causando inflamación del tejido cerebral y daño a las células del cerebro. Cuando los vasos sanguíneos en el cerebro estallan, se le llama una hemorragia intracerebral; cuando el sangrado se produce en el espacio entre el cerebro y las membranas que recubren el cerebro, se le llama hemorragia subaracnoidea.

Síntomas similares a un derrame cerebral también puede ocurrir cuando el flujo sanguíneo de una parte del cerebro se detiene por un corto período de tiempo, lo que se llama como un ataque isquémico transitorio (AIT). Estos síntomas pueden durar menos de 24 horas antes de desaparecer. Estos ataques, o «mini derrame cerebral,» no causan daño cerebral permanente, pero son una advertencia de que un derrame cerebral? podría ocurrir en el futuro.

¿Cómo se diagnostican los accidentes cerebrovasculares?

Para hacer un diagnóstico, su profesional de la salud puede:

Preguntar por sus síntomas e historia clínica

Hacer un examen físico, incluyendo una revisión de:

Su estado de alerta mental

Su coordinación y equilibrio

Cualquier entumecimiento o debilidad en su cara, brazos y piernas

Cualquier problema para hablar y ver en forma clara

Pedir algunas pruebas, que pueden incluir:

Imágenes del cerebro: Como una tomografía computarizada o una resonancia magnética

Pruebas del corazón: Pueden ayudar a detectar problemas cardíacos o coágulos de sangre que pueden haber conducido a un ataque cerebral. Pueden incluir un electrocardiograma y una ecocardiografía

Tratamiento

Una de las razones por las que es urgente evaluar las señales de advertencia de un derrame, es que investigadores han encontrado que el daño cerebral relacionado con los derrames se puede extender más allá de las áreas directamente relacionadas con el derrame y se puede empeorar dentro de las primeras 24 horas. El personal médico busca prevenir o limitar éste daño secundario al administrar, si es apropiado, medicamentos específicos dentro de las primeras horas después de un derrame cerebral.

Cuando hay un derrame cerebral, es necesario hospitalizar a la persona para determinar la causa y el tipo de derrame y para tratar y prevenir mas complicaciones. El tratamiento puede incluir cirugía así como medicamento.

Una vez que se haya estabilizado la condición de la persona que sufrió el derrame y que los déficitos neurológicos no parezcan seguir avanzando, la rehabilitación comienza. La rehabilitación no cura un derrame cerebral. En vez, la rehabilitación trata de minimizar el daño permanente y mejorar la adaptación. La rehabilitación puede incluir entrenamiento intensivo en varias áreas incluyendo movimiento, balance, percepción de cuerpo dentro del espacio, control de intestino/vejiga, lenguaje y nuevos métodos de adaptación psicológicos y emocional. Los programas de rehabilitación de derrame cerebral son un esfuerzo conjunto de un equipo de muchos profesionales de la salud.

Aproximadamente, un 80% de las personas que sobreviven un derrame cerebral tienen deficiencias físicas, de percepción y de lenguaje que pueden mejorar a través de la rehabilitación. En ocasiones, las personas no reciben los servicios que necesitan porque no se les refiere a ellos o porque su seguro médico no los cubre. Tal vez tenga que hacer muchas preguntas y mostrar firmeza para recibir la ayuda necesaria. Un planificador de altas del hospital debe de ayudarle a referirlo a centros de rehabilitación. Un trabajador social también puede ayudarle para hacer los arreglos necesarios para cuidado a largo plazo y para referirlo a recursos en la comunidad.

Riesgos

El riesgo de sufrir un derrame cerebral aumenta con la edad. Si bien los derrames cerebrales hemorrágicos pueden afectar a adultos jóvenes, la mayoría ocurre en personas mayores de 70 años y muchos factores pueden aumentar el riesgo de derrame cerebral. Algunas condiciones médicas, como por ejemplo tener presión alta o tomar medicamentos para diluir la sangre, aumentan el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Otros problemas de salud que puede aumentar el riesgo de derrame cerebral son los desórdenes de coagulación, el cáncer (en especial los tumores cerebrales), los aneurismas en el cerebro y otras causas que debiliten los vasos sanguíneos. Las personas que ya sufrieron un derrame cerebral son más propensas a tener un derrame cerebral hemorrágico. Beber alcohol, fumar o tomar cocaína o anfetaminas aumenta el riesgo de tener un derrame cerebral hemorrágico.

 

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