noviembre 27, 2021

Edema pulmonar

Edema pulmonar

El edema agudo de pulmón se define como el cuadro clínico secundario a insuficiencia aguda del ventrículo izquierdo o por una estenosis de la válvula mitral, con el consiguiente aumento de la presión capilar pulmonar y extravasación de líquido al intersticio y alvéolos pulmonares.

Síntomas

Los síntomas del edema pulmonar pueden abarcar:

Expectorar sangre o espuma con sangre.

Dificultad para respirar al acostarse (ortopnea), lo cual hace que uno necesite dormir con la cabeza levantada o usar almohadas adicionales.

Sensación de “falta de aire” o “asfixia” (si esto ocurre de manera repentina, despertándolo a uno y obligándolo a sentarse y tomar aire, se denomina “disnea paroxística nocturna”).

Sonidos roncos, de gorgoteo o sibilantes con la respiración.

Incapacidad para hablar en oraciones completas debido a la dificultad para respirar.

Otros síntomas pueden abarcar:

Ansiedad o inquietud

Hinchazón de las piernas

Sudoración excesiva

Piel pálida

Disminución en el nivel de lucidez mental (nivel de conciencia)

Causas

Las causas del edema pulmonar varían. El edema pulmonar se divide en dos categorías según su origen.

Si el edema pulmonar es consecuencia de un problema cardíaco, se denomina «edema pulmonar cardiogénico». A menudo, la acumulación de líquido en los pulmones se debe a una cardiopatía.

Si el edema pulmonar no está relacionado con el corazón, se denomina «edema pulmonar no cardiogénico».

En ocasiones, el edema pulmonar puede deberse a un problema cardíaco y a un problema no cardíaco.

Para poder explicar por qué se producen los edemas pulmonares, es importante entender la relación que existe entre el corazón y los pulmones.

¿Cómo funcionan los pulmones?

Los pulmones contienen muchas bolsas de aire pequeñas y elásticas que se denominan alvéolos. Al respirar, estas bolsas de aire absorben oxígeno y liberan dióxido de carbono. Por lo general, este intercambio de gases se produce sin problemas.

Sin embargo, los alvéolos a veces se llenan de líquido en lugar de aire, lo que no permite que el oxígeno se absorba en el torrente sanguíneo.

¿Cómo se diagnostica el edema agudo de pulmón?

El diagnóstico del edema agudo de pulmón se basa fundamentalmente en la exploración física del enfermo y la radiografía de tórax.

Es muy característica la auscultación pulmonar en la que se oyen los llamados crepitantes húmedos, en ambas bases pulmonares.

La radiografía de tórax es el estudio más útil para el diagnóstico y mostrará la presencia de líquido en el espacio pulmonar, en ocasiones también se observará un aumento del tamaño del corazón (cardiomegalia).

Para completar el diagnóstico se realizará un electrocardiograma, que ayudará a identificar si existe una cardiopatía de base que haya desencadenado el cuadro, y una analítica de sangre y orina.

Tratamiento

Tratamiento de la causa

Oxígeno

Diurético IV

Nitratos

Inotrópicos intravenosos

Morfina

Asistencia ventilatoria

El tratamiento inicial consiste en identificación de la causa, administración de oxígeno al 100% a través de una mascarilla sin reciclador (que no permite la inspiración del dióxido de carbono espirado), posición erguida, furosemida en dosis de entre 0,5 y 1,0 mg/kg por vía intravenosa o por infusión IV continua de 5 a 10 mg/h, nitroglicerina (0,4 mg por vía sublingual cada 5 min, seguida de un goteo intravenoso a una velocidad de entre 10 y 20 mcg/min, con ascenso posterior de 10 mcg/min cada 5 min según se considere necesario hasta alcanzar un máximo de 300 mcg/min si la tensión arterial sistólica es > 100 mmHg). La morfina, en dosis de 1 a 5 mg IV en una o dos oportunidades, ha sido utilizada durante mucho tiempo para reducir la ansiedad grave y el trabajo respiratorio, pero se utiliza cada vez menos (excepto en cuidados paliativos) debido a estudios observacionales que sugieren una evolución más desfavorable con su uso. La asistencia ventilatoria no invasiva de la vía aérea con presión positiva de dos niveles (BiPAP) es útil si la hipoxia es significativa.

Factores de riesgo

La insuficiencia cardíaca y otras afecciones cardíacas que aumentan la presión en el corazón aumentan el riesgo de padecer edema pulmonar. A continuación, se mencionan los factores de riesgo de la insuficiencia cardíaca:

Ritmo cardíaco anormal (arritmias)

Consumo de alcohol

Cardiopatía congénita

Enfermedad de las arterias coronarias

Diabetes

Enfermedad de las válvulas cardíacas

Presión arterial alta

Apnea del sueño

Sin embargo, algunas afecciones del sistema nervioso y el daño pulmonar por casi ahogarte, el consumo de drogas ilícitas, la inhalación de humo, las infecciones virales y los coágulos también aumentan el riesgo.

Las personas que viajan a lugares que se encuentran a una altitud superior a los 8000 pies (alrededor de 2400 metros) tienen más probabilidades de desarrollar edema pulmonar de las alturas. Suele afectar a las personas que no se aclimatan a la altura, lo que puede demorar algunos días o una semana.

Los niños que tienen hipertensión pulmonar y defectos estructurales en el corazón son más propensos a desarrollar edema pulmonar de las alturas.

Prevención

En el caso de padecer alguna enfermedad que pueda provocar un edema pulmonar o debilidad del miocardio, tomar siempre los medicamentos recetados teniendo en cuenta las instrucciones sobre los mismos.

Seguir una dieta saludable, baja en grasas y sal también disminuye considerablemente el riesgo de padecer esta enfermedad.

Los pacientes con un mayor riesgo de desarrollar edema pulmonar deben seguir los consejos de su médico para mantener su enfermedad bajo control.

Si el problema es la insuficiencia cardíaca congestiva, seguir una dieta sana y bien equilibrada, y mantener un peso corporal saludable puede ayudar a reducir el riesgo de episodios futuros de edema pulmonar.

El ejercicio regular también mejora la salud del corazón al igual que:

Reducir el consumo de sal. El exceso de sal puede provocar retención de líquido. Esto aumenta el trabajo que tiene que hacer el corazón.

Reducir los niveles de colesterol. El colesterol alto puede provocar depósitos de grasa en las arterias, lo que, a su vez, aumenta el riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral y, por lo tanto, de edema pulmonar.

Dejar de fumar. El tabaco aumenta el riesgo de contraer una serie de afecciones, como enfermedades cardíacas, pulmonares y problemas circulatorios.

 

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