Vaginitis
La vaginitis es una inflamación de la vagina que puede dar como resultado secreción, picazón y dolor. Habitualmente, la causa es un cambio en el equilibrio de las bacterias vaginales o una infección. La reducción de los niveles de estrógeno después de la menopausia y algunos trastornos de la piel también pueden causar vaginitis.
Síntomas
Los signos y síntomas de la vaginitis pueden incluir los siguientes:
Cambio de color, olor o cantidad del flujo vaginal
Picazón o irritación vaginal
Dolor durante las relaciones sexuales
Micción dolorosa
Sangrado o manchado vaginal leve
En caso de secreción vaginal, las características de la secreción pueden indicar el tipo de vaginitis que tienes. Algunos ejemplos incluyen los siguientes:
Vaginosis bacteriana. Probablemente desarrolles una secreción de color blanco grisáceo con olor desagradable. El olor, descrito con frecuencia como similar al pescado, puede ser más evidente después de tener relaciones sexuales.
Candidiasis. El principal síntoma es la picazón, pero podrías tener una secreción blanca y espesa, parecida al queso cottage.
Tricomoniasis. La infección llamada tricomoniasis puede ocasionar una secreción amarillo verdosa, a veces espumosa.
¿Qué causa vaginitis?
En una mujer joven con actividad hormonal normal, la vagina mantiene una flora o ecosistema favorecido por la acción de los estrógenos, que son las hormonas encargadas de mantener el desarrollo, grosor y elasticidad del epitelio vaginal (la capa de tejido que cubre las paredes internas de la cavidad vaginal). Cuando esta actividad hormonal cesa o disminuye, el ecosistema vaginal puede deteriorarse y favorecer la aparición de vaginitis, al disminuir la acidez del flujo genital y, por tanto, las defensas naturales de la zona.
Esta enfermedad no solo se da cuando ese sistema natural vaginal se altera, sino también cuando se sufre cualquier tipo de agresión, bien por infecciones transmitidas o por desequilibrio de los gérmenes existentes habitualmente en esa flora vaginal.
De hecho, más del 80% de las mujeres que presentan síntomas de vaginitis tienen infecciones provocadas por:
Bacterias.
Hongos (candidiasis).
Parásitos (trichomonas).
Por otro lado, y si bien en menor proporción, la vaginitis puede ser causada también por un virus, como el Herpes Simple (VHS) o el Papiloma Humano (HPV), provocando lesiones genitales.
¿Cuáles son los tipos más comunes de vaginitis?
Los seis tipos más comunes de vaginitis incluyen los siguientes:
Candidiasis o infecciones por «hongos»
Vaginosis bacteriana
Vaginitis tricomoniasis
Vaginitis llamada clamidiosis
Vaginitis gonocócica
Vaginitis viral
Vaginitis no infecciosa
Cada uno de estos tipos de infección tiene una causa diferente y pueden presentar síntomas diferentes, por lo que el diagnóstico a menudo se complica. Además, más de un tipo de vaginitis puede estar presente al mismo tiempo, con o sin síntomas.
Diagnóstico
En el caso de que al paciente ya le hayan diagnosticado esta patología y conozca los síntomas, debe acudir al especialista cuando se presenten las primeras manifestaciones de la enfermedad.
Para diagnosticar la afección, primero, se realiza un examen pélvico que mostrará si existen áreas rojas y sensibles en las zonas de la vulva o la vagina.
Después, se realizará un examen del flujo vaginal bajo el microscopio y, de esta manera, determinar si hay presencia de infección vaginal o proliferación de hongos o bacterias. En algunos casos, el cultivo puede proporcionar información sobre cuál es el microorganismo concreto que está causando la infección.
En el caso de que no existan signos de infección, el procedimiento que se llevará a cabo será un examen del tejido y del área que se encuentra irritada en la vulva.
¿Cómo se trata?
Si está embarazada, hable con su médico si tiene algún síntoma. Algunos problemas pueden afectar su embarazo; por eso, es importante que hable con su médico y reciba el tratamiento adecuado.
Infección por hongos en forma de levadura. Si ha tenido una infección por hongos en forma de levadura con anterioridad y puede reconocer los síntomas, y no está embarazada, puede tratarse usted misma en el hogar con medicamentos que puede comprar sin receta médica. Puede usar una crema o un supositorio antimicóticos que se colocan en la vagina. O su médico puede recetarle un medicamento para tratar la infección.
Vaginosis bacteriana. Los médicos suelen usar antibióticos para tratar este problema. Por lo general, es un problema leve. Pero puede causar problemas más graves, así que es una buena idea consultar al médico y recibir tratamiento.
Tricomoniasis. Esta infección también se trata con antibióticos. Tanto usted como su pareja sexual necesitan tratamiento.
Vaginitis atrófica. Esta suele tratarse con cremas o pastillas de estrógeno.
Factores de riesgo
Entre los factores que aumentan el riesgo de contraer vaginitis se incluyen los siguientes:
Los cambios hormonales, como los asociados al embarazo, a la toma de píldoras anticonceptivas o a la menopausia
Las relaciones sexuales
Tener una infección de trasmisión sexual
Algunos medicamentos, como los antibióticos y los esteroides
El uso de espermicidas como método anticonceptivo
La diabetes no controlada
El uso de productos de higiene como los baños de espuma o los aerosoles o desodorantes vaginales
Los lavados vaginales
Usar ropa húmeda o ajustada
El uso de un dispositivo intrauterino (DIU) como método anticonceptivo
¿Se puede prevenir la vaginitis?
Estos consejos sobre el baño pueden ayudar a que mejore la irritación, así como proteger a las niñas para que no vuelvan a contraer nuevas vaginitis:
No darse baños de burbujas.
No usar jabón en la zona de la vagina.
Usar el jabón y el champú al final del baño y no sentarse dentro de agua que contenga jabón o champú.
Enjuagarse la zona vaginal con agua al terminar la ducha o el baño.
Otras pautas para prevenir la vaginitis:
Evitar usar ropa que apriete, como medias, leotardos, mallas o pantalones apretados.
Evitar quedarse sentada con el traje de baño mojado durante mucho tiempo seguido.
Usar bragas de algodón blancas.
Lavar las bragas con un detergente suave y sin usar suavizante para la ropa. Enjuagarlas dos veces para que no quede nada de jabón en ellas y secarlas sin usar hojas de suavizante para secadoras.
Dormir en camisón o un pijama holgado y sin bragas para que el aire puede circular libremente alrededor de la vagina mientras la niña duerma.
Después de ir de vientre, limpiarse de delante hacia atrás.
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